Crónica: Manchester Orchestra, Kevin Devine y Bad Books en Manchester

Manchester Orchestra / Kevin Devine / Bad Books
1 de octubre de 2014
The Ritz, Manchester (UK)

Empieza a sonar demasiado cliché eso de comenzar una crónica con lo de “noche mágica”, “increíble cita musical”, pero es que precisamente para describir lo que vivimos aquel día en el Ritz de Manchester, se requiere tirar de estas dos etiquetas. Y el cartel que se nos presentaba no era para menos. Manchester Orchestra volvían a “casa” unas semanas después de su gira presentación de Cope, su más reciente LP, que ya os contamos por aquí, con unos acompañantes de lujo: Kevin Devine, prácticamente un hermano para los de Atlanta, con su banda de apoyo.

Para mayor sorpresa, unos tal Bad Books se encargaban de calentar el escenario. En un principio no tenía ni planteado verles, o si llegaba un poco tarde, no me hubiese importado tanto perdérmelos, pero dió la casualidad que fue toda una experiencia. Tres cuartas partes de Manchester Orchestra junto al propio Kevin Devine, saltaron a las tablas y sin mediar palabra comenzaron a tocar. Muchos nos quedamos alucinados mirándonos… Esto era Bad Books. Un “super grupo” como se suele llamar, con Andy Hull (voz y guitarra de Manchester Orchestra) junto a Kevin a las voces, impresionaron a todos aquellos que nunca habíamos oído hablar de este proyecto. Recital de poco más de media hora, donde despacharon canciones de sus dos CDs de puro rock americano a lo Foo Fighters. Dos de los mejores vocalistas del Indie Rock americano juntos en un escenario, disfrutando, pasándoselo como niños, interpretando unos temas cantados por Kevin, otros por Andy y algunos incluso combinando ambas. Parecía que asistiésemos a un ensayo de dos amigos tratando de componer temas más que a un concierto propiamente dicho, por toda esa complicidad entre los músicos y ese buen rollismo que desprendían.

Sin mucho movimiento de backline, ya que prácticamente eran los mismos músicos los que se subirían a las tablas minutos después, llegaba el turno de Kevin Devine. Muchísimas ganas tenía de disfrutar del directo de este chavalote, quién acompañado de The Goddamn Band, su banda de apoyo, destilaron temas de su disco más reciente principalmente. Tenía la idea de ver al Kevin acústico y en su rama más tranquila, y nada más lejos. Desde el primer segundo de “Bubblegum” tema que da título a su último LP y continuando con “Nobel Prize” sin un momento de descanso, comenzaron a piñón una actuación magnífica. Puro rock and roll rabioso, con mucha zapatilla y rabia. Siguieron temas como “Private First Class” o “Fiscal Cliff” con baterías punk, melodías pegadizas y un Kevin Devine pegando saltos de un lado a otro del escenario. La “tranquilidad” llegó de la mano de “Little Bulldozer”, tema con un esquema más relajante y pausado. Aunque no duró mucho, ya que pronto nos volvería a sorprender con hits como “Redbird” que aunque se inicia de manera tranquila acaba terminando con mucha energía. Finalizó su set como suele hacerlo a menudo con “Brother’s Blood”, un medio tiempo acompañado desde el comienzo con un solo de guitarra, hasta que llega a una explosión final, donde Kevin desgarra su voz y comienza una batalla de guitarras improvisadas, generando un final de los de quitarse el sombrero.

Bad Books por Alejandro Lozano @aleslozano

Lo de Kevin Devine fue algo más que la actuación de un grupo telonero. Prácticamente sin quererlo se convirtió en uno de los highlights de la noche, pero aun nos faltaba el plato fuerte. Con una sala prácticamente hasta arriba, el público esperaba con ansia la salida de Andy Hull y los suyos. Manchester Orchestra comenzó su recital como viene haciéndolo últimamente, con la tranquila “Pride” y el propio Andy con su guitarra como únicos protagonistas, hasta que acaban uniéndose el resto de la banda escalonadamente. Y sin mediar palabra, fue comenzando el recital de clásicos como “Shake it out” con el que empezaron a verse los primeros saltos y empujones entre el público, o “Pensacola”. Al igual que en su anterior visita, no quisieron centrar su set en Cope, su último trabajo, y fueron 4 los temas extraídos de este. El primero de ellos, uno de los mejores en mi opinión y de esos que recoge toda la esencia del resto del álbum: “Every Stone”, coreada por sólo unos pocos, me volvió a dar la impresión de que a los fans más clasicos no les acaba de convencer dicho disco. Continuaron con “The Ocean”, también del último y con un estribillo algo más sencillo de cantar, pero nada. La gente parecía no inmutarse durante su ejecución, aunque en mi opinión sea un auténtico discazo.

Hacia la mitad de su actuación optaron por calmarse un poco y tirar de acústicos, donde recrearon entre otras “I Can Barely Breathe” o “Everything to Nothing” con un tinte más íntimo, donde Andy en solitario con su guitarra y el acompañamiento de las voces del respetable repasaron alguno de estos clásicos que tan bien quedan en este formato. El discurso de Andy hacia final de actuación no pudo faltar, donde resaltó la importancia de esa ciudad que inspiró hace tantos años su nombre y de la que siempre recuerda con cariño y dedicó la pseudo balada “Deer”. Hubo momentos para el buen rollismo y las risas y casi de la nada entre ambos guitarras hicieron un intento por recrear el “The Piña Colada Song” de Rupert Holmes. Risas aparte, la actuación llegaba a su fin de la mano de hits como “The Only One” o “Top Notch” con las que pusieron fin a un set que tuvo un curioso Bis. Kevin Devine acompañado únicamente de Andy, salieron de nuevo al escenario, guitarra en mano para interpretar una versión estilo folk del tema principal de “El Príncipe de Bel Air”, la cual les sirvió de despedida, por mucho que nos pesase a unos cuantos que esperábamos un “Simple Math” para cerrar una noche redonda. Pero no, otra vez será. De todas formas, mejor sabor de boca que su actuación de abril, en un ambiente más amistoso y con unos teloneros que hicieron mucho por conmemorar esa noche como una de las grandes.

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