Siempre han ido a un ritmo diferente al resto. Un sonido rockero, pegadizo, liderado por los estallidos maníacos de su líder, Jason Alexander Aalon Butler, todo un gancho infeccioso capaz de llevarte al extremo durante más de un estribillo. No es nuevo, pero si sorprendente que letlive. siempre hayan ido estirando sus limites vocales en cada disco, como si Michael Jackson hubiera adoptado una actitud canalla apostando por el post hardcore.
Vale, quizá me he pasado, ¿no? Nah, que va. La primera vez que hice esa comparación fue tras escuchar “27 Club“, y se lo dije a un amigo en plan de coña, y lo hice porque la pausas de Butler me recuerdan a esos momentos seductores del rey del pop. Obviamente, no es lo mismo, porque como ya he citado, letlive. siempre han ido a un ritmo diferente al resto.
Así suena este “If I’m The Devil…“, distinto, innovador, enérgico y crudo. Así suena la primera canción “I’ve Learned To Love Myself“, que con un ápice más profundo nos introduce unos letlive. diferentes, más pausados, en una canción de 4 minutos que nunca termina de romper. Es el comienzo, un salto de registro hacía un lado más personal y oscuro. Lo más vulnerable que les hemos escuchado.
Y ahí es donde nos encontramos, con un sonido difícil de describir una vez más, con un ritmo cuya profundidad es aún más desquiciada pero a la vez más controlada. El single “Good Mourning, America” es más clásica, para que no les perdamos de vista, pero lo que de verdad fluye en esta nueva etapa de letlive. son canciones como “Nü Romantics” y “A Week Ago“, con melodías vocales enfocadas a composiciones musicales más elásticas dónde lo importante ya no son los gritos sino la melodía ronca y directa (“Foreign Cab Rides“).
No obstante, no hay que perder la esperanza de la idea preconcebida que teníamos. Letlive. siguen teniendo esos ganchos irrebatibles como el segundo single “Reluctanly Dead” o “Elephant“, en especial esta última, tan sucia, y punk, un punto de inflexión que llega cuando el disco ya llega a su fin, cuando apenas esperas una sorpresa. Y atentos a la canción que da nombre al disco, una enorme transición de lo que estaría por llegar, un sonido más paciente y grave.
No hay disco de post hardcore más importante en los últimos diez años. “If I’m The Devil…” es esencial, la personificación de toda una generación, el miedo a evolucionar sin perder tu esencia. Una forma de protestar con total sinceridad, siendo a la vez atípico y atemporal. Un disco muy cargado, pero superlativo y revolucionario. Letlive. pueden estar orgullosos, lo han vuelto a hacer.