2 de Junio de 2011
Wurlitzer Ballroom, Madrid
Long Distance Calling / Jardín de la Croix
En lo que respecta a la música rock de cualquier tipo, creo que la mayoría de nosotros optamos por una banda con vocalista antes que por una instrumental, a las que injustamente denegamos una oportunidad, y salvo excepciones como la de Mogwai, en Europa pocas son las bandas instrumentales que consiguen cierto prestigio.
Hace unos días tuvimos en España a los alemanes Long Distance Calling, una banda que cuida cada vez más su sonido, manteniendo las distancias de la expresión postrockera. Preveía que esta iba a ser una gira en la que la banda intentara afianzarse y escalar posiciones dentro del género instrumental que tan fuerte parece que está pegando. Tras lo visto, no me cabe duda de que van por el camino correcto, y si ya de por si en estudio son un grupo compacto y fuerte en directo saben darle otro toque más crudo y claro a los temas, tal vez por la ausencia de Reimut a la electrónica, quien sabe. Pero bueno, comencemos por el principio, buena entrada en la céntrica Wulrlitzer Ballroom pese a las numerosas quejas de su sonido que lo cierto es que en ocasiones deja mucho que desear, muy saturado.
Abren la velada, presentando su nuevo álbum, los locales Jardín de la Croix, a quienes cada vez les veo mejor, más comprometidos y personales. Volviendo al tema del principio, los madrileños son de esas bandas de rock que no necesitan la figura de un frontman que ayude a mantener el nivel, su rock instrumental, en ocasiones excesivamente técnico, provoco gran cantidad de aplausos y dejaron latente que aquí en España también tenemos un alto nivel.
Por otro lado, como citaba, lo de los alemanes es de merito, pues “el wurli” no hizo demasiado de las suyas en cuanto a sonido y pudimos comprobar como se maneja en el escenario el quinteto reconvertido a cuarteto. Lo cierto es que en ocasiones me recordó a una mezcla entre God Is An Astronaut y Godspeed You! Black Emperor aunque algo más complejo de lo que pueda parecer pues está lleno de crescendo, detalles y una delicada puesta en escena que aunque no pueda parecer fresca a primera impresión resulta emocionante según pasa el tiempo. Presentaron en sociedad una mezcla de sus tres álbumes, un saludable coctel de stoner, rock e incluso blues, porque si, pese a que Long Distance Calling tampoco tienen voz consiguen mantener un nivel gracias al buen gusto de esa mezcla. Un buen e intenso, pese a ser algo corto, intrigante concierto. Desde aquí os los recomiendo.
Gracias una vez más a Madness Live Prods por la oportunidad. Podeís ver que conciertos son organizados por la promotora desde aquí.