Crónica: Dropkick Murphys en Madrid con Frank Turner y La M.O.D.A

Dropkick Murphys / Frank Turner / La M.O.D.A
09 de febrero de 2013
La Riviera, Madrid
Organizaba: Mercury Wheels

Noche de nostálgicos en Madrid, para aquellos que echaban de menos la vuelta de Dropkick Murphys a la capital. Porque la banda americana es sinónimo de diversión, de reivindicar un estilo de la mejor manera posible, llenando una de las salas más míticas de la ciudad para cantar y bailar como si les fuera la vida en ello.  Intenso, vibrante, directo, pocos calificativos se ajustan a una noche en la que si sumas a los burgaleses La Maravillosa Orquesta del Alcohol y Frank Turner el resultado no puede ser de otra manera que de diez.

Dropkick MurphysPor un lado los genios de Burgos, y es que estos chicos no entienden otra palabra que no sea “fiesta” en sus actuaciones, vestidos como es habitual en ellos con camisetas de tirantes, como de andar por casa, porque así es como te hacen sentir, cómodo y disfrutando, salieron ante una Riviera que poco a poco se iba llenando para dejar claro que su propuesta es una de las más pegadizas y prometedoras de la escena estatal. Su folk punk se ajusta a la perfección con lo que marca el guión en estos casos, poner el listón bien alto.

Poco después, Frank Turner y sus Sleeping Souls iban a protagonizar uno de esos momentos a los que más ganas tenia desde hace unos años. Turner es un tipo que parece tímido cuando sale al escenario con nada más que su guitarra, porque la realidad es bien distinta, chapurrea algunas palabras de español, nos presenta su pegadizo folk rock de una forma solida e impecable, e incluso incita a toda la sala a que baile para participar en un concurso para ver que ciudad de la gira es la que más baila, si, ya sabéis esas cosas que leídas parecen una chorrada pero que en directo son garantía segura. Para prueba todo un publico coreando “I Still Believe”.

Tras él, y con un sensacional sabor de boca, después de haber cantado todos los hits del británico y con la esperanza de que vuelva (Os garantizo que tiene uno de los directos más compactos que he visto en los últimos años), lo de Dropkick Murphys sería coser y cantar, nunca mejor dicho. Y así fue, una breve intro y los primeros golpes, “The Boys Are Back” y “Burn”, los bostonianos, sin el carismático Ken Casey pero con un inquieto Al Barr, comenzaron fuerte, llenando la Riviera de sudor.

Es cierto de que el hecho de que no estuviera Casey, al encontrarse de gira con Bruce Springteen, pudo provocar unas pequeñas dudas, pronto disipadas gracias a la presencia de Frank Turner en varias canciones, como “Rose Tatto” o el himno irlandés que no podía faltar, “The Irish Rover”, pero para entonces, La Riviera era una verdadera fiesta, y es que sus canciones, lejos de poder ser interpretadas como cualquier grupo, requieren el contacto directo con el publico, de ahí que Al Barr no dejara de moverse de un lado a otro y de bajar al foso para subirse a unos flightcase en los que poder cantar a escasos centímetros del publico.

Hubo de todo, desde la intensidad de comienzo antes mencionada, la sorpresa de Turner a la voz, el momento tierno con “End Of The Night”, baño de masas en el escenario incluido, la versión más salvaje de AC/DC con “T.N.T”, su clásico tributo a Gang Green con “Alcohol”, e incluso la celebración más basta con “I’m Shipping Up To Boston”. El caso es que lo que importa en estos casos es provocar ese sentimiento de nostalgia del que os hablaba al principio, no hay duda de que aun sin Casey, los bostonianos convencieron a todos, desde a los que llevaban la camiseta de los Celtics, los punk rockeros de la falda escocesa, e incluso el tipo vestido de vaca, todos la recordaran como una gran noche.

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