Crónica: Sonorama Ribera 2014

Sonorama Ribera 2014
13, 14, 15 y 16 de Agosto de 2014
Aranda de Duero

Voy a ser sincera: me ha costado mil y un infiernos sentarme delante de la pantalla para intentar resumir lo que ha sido la decimoséptima edición del Sonorama Ribera. Y os pongo en situación: era mi cuarto Sonorama, a más de la mitad de mis acompañantes llevaba un año sin verles, estaba más emocionada de ver a Raphael que a Iván Ferreiro y ahora tengo una depresión tremenda. Queda feo decirlo, pero espero que así me perdonéis el sentimentalismo de esta crónica.

Lo hemos escuchado mil veces, de cien maneras distintas: Sonorama es más que un festival. Es más que conciertos, más que el camping, más que los cachis sin fondo. Es difícil explicar a alguien que nunca ha estado en el Sonorama (si eres uno de esos, no sé como puedes seguir viviendo) lo que se vive allí. Y aunque suene bizarro puede que el símil más cercano sea un campamento cristiano: tu madre te prepara los bocatas (si tienes suerte), te llevas tus camisetas de tu ídolo (Jesucristo, obviamente), preparas las mejores historias del año para contárselas a tus amigos y ensayas canciones para cantarlas todos juntos en corrillo. Después todos bebéis vino y llegáis al éxtasis cual Santa Teresa en la Plaza del Trigo.

Pero ahora en serio. Como reza el ya famoso dicho, la vida es eso que pasa entre Sonorama y Sonorama. Y esta vez se han superado. Lo que empezó como una broma en las redes sociales (#RaphaelAlSonorama) se convirtió en el cabeza de cartel más maravillosa de los últimos años. Y nosotros lloramos de la felicidad, y los indies de la tristeza, porque ¿cómo de genial podía ser cantar Mi Gran Noche abrazado a esos amigos de verdad que comparten contigo el frío de Aranda todas las noches?

sexyzebras

Pero no todo era Raphael. Cuando llegamos al que ya se convirtió el “pueblo para los que no tienen pueblo”, teníamos cuatro días muy movidos por delante, y yo no sabía ni por donde empezar. Y aunque en la primera jornada me costó mantener los párpados abiertos con Los Planetas, me importaba poco: porque ya me sentía en casa. Ese recinto en el que he observado más amaneceres que en cualquier otra parte.

Tras el primer día, en la que confesamos haber echado de menos la fiesta de disfraces, llegaba el jueves, día en el que lo mismo teníamos a Bravo Fisher! haciéndonos bailar en la Plaza del Trigo, a Stone Pillow amenizando la hora de comer en el Red Bull Bus o La M.O.D.A abriendo el Escenario Castilla y León es Vida. Pero (con el perdón de Raphael) mi momento a destacar del Jueves no fue otro que el concierto de Jay Malinowski en el Future Stars. Después de varios meses obsesionada de Martel, su último disco, la puesta en escena en el directo fue cuidada al detalle y con una atmósfera íntima admirable. Y a partir de ahí, todo fue locura: Raphael recuperando todos los grandes clásicos y acompañado de Vega o Alberto de Miss Caffeina (con el que nos emocionamos mucho y muy fuerte en ese “Que sabe nadie”), Iván Ferreiro tan bestia como siempre y We Are Standard haciéndonos bailar a pesar del dolor de pies. Y si eras de los valientes y aún te quedaban fuerzas, ahí está la Future Stars con Buffet Libre pinchando temazos de ayer y hoy.

1471753_10152414152008220_1071326667464415641_n

Para quien no lo sabe (pero debería) uno de los lugares más felices de Aranda es La Plaza del Rollo, o lo que es lo mismo, Los Vermut Session. No sé que tendrá ese lugar, o qué tendrá en el aire, pero todos nos volvemos muy locos y sonreímos sin parar mientras No Conforme DJs o Las Despechadas nos hacen compañía. Quizás lo peor sea coger fuerzas para abandonar ese maravilloso lugar e irte al recinto, pero en la jornada del viernes allí nos esperaban Depedro, Second y León Benavente. También repetían Amaral, a quienes por fin se les quitó la etiqueta de “demasiado poco indies para el Sonorama”, y faltaría mas, porque no había alma que no se supiera las letras y se dejara la voz con “Como Hablar”. El cierre del escenario principal estuvo al cargo de Fuel Fandango, siempre con su directo impecable.

El Sábado nos tocó madrugar y mucho: Ricardo Vicente abría la Plaza del Trigo. Para cuando conseguí quitarme las legañas ya estaban allí Sexy Zebras, uno de mis conciertos preferidos de la Plaza. S.C.R. fue otro de los descubrimientos del día, junto con The Corner, que repetían tras estrenarse en la Future Stars el año pasado. En el recinto Nacho Vegas nos tocaba el corazoncito, mientras Grises traían la fiesta máxima y Cut Copy dieron uno de los conciertos más bailables. Cuando ya era más zombie que persona, tocaba irme a la Future Stars donde The Noises y De Vito calentaban el ambiente para poner el broche final dejándome los pies bailando con Corrientes Circulares DJ. Y aunque al día siguiente tocaba madrugar para coger camino de vuelta a Madrid, me arrepiento de nada.

14192_10152414151773220_3144554783497113280_n

Si habéis llegado al final de esta crónica (gracias) tengo varias cosas que añadir: del Sonorama se pueden destacar muchas cosas, y disfruto de los directos como la que más, pero los conciertos no pueden compararse con el ambiente del festival. Porque es algo tan grande que gira en torno a la música pero va más allá de ella. ¿Y qué decir de ese camping? Que nos recibía con temperaturas heladas a altas horas de la noche y duchas con agua del ártico pero nos daba igual, porque entras con una sonrisa, te reencuentras con gente que hacía un año (o más) que no veías, haces amigos en los sitios más bizarros y todo gracias al Sonorama. ¿Y qué decir del pueblo? Que cada año el Café Habana nos recibe con los brazos abiertos, nos sirve café para despertarnos y nos deja cargar los móviles con la mayor de las sonrisas. Y, lo siento por la competencia, pero las tortillas del Bar Santamaría no tienen igual. Puede que sea porque allí ya nos traten como familia, o porque los abuelos que juegan al mus nos abracen como si fuésemos los nietos perdidos, pero cuando te vas dejas un trozo de tu corazoncito para así asegurarte a ti mismo que vas a volver. Porque no te queda otra, ya le has regalado tu alma a Aranda de Duero, y si quieres volver a sentirte en casa tendrás que volver.

Y que nadie dude que lo haremos. El año que viene, y el otro, y el otro.

Anna Mets

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Lo de las cookies

Solo queremos las cookies para ver qué contenidos interesan más en Google Analytics. Nada de almacenar datos personales, no nos va esa movida.
Total
0
Share