Os aseguro que podría haber escrito sobre Cancer Bats antes de ir al concierto y no habría variado mucho. No por que fuera previsible desde el punto de vista negativo sino porque Cancer Bats son con total seguridad uno de los grupos más en forma de los últimos años. Sus conciertos no incluyen margen para sorprender, eso es cierto, pero son una auténtica bomba sobre el escenario. Pocos grupos he visto con tanta energía como estos canadienses, sin bises, sin un mensaje oculto más allá que el disfrutar del concierto y liberar energías.
Y qué mejor noche que hacerlo además en la celebración del décimo aniversario de nuestros amigos de Rockzone, un ejemplo a seguir para nosotros en la idea de defender un estilo de música y morir por ella. Ojala dentro de otros diez podamos celebrarlo de igual forma.
Estamos al mismo nivel
De Cancer Bats podría haber escrito antes de ir al concierto, eso es cierto, pero me habría perdido a los chicos de Wilderness, el descubrimiento de la noche. Siempre he defendido que me gusta descubrir nuevos grupos en directo, y el caso de Wilderness lo confirma. Podrían ser perfectamente de la otra punta de Europa, dónde su estilo clásico hardcore es más reconocido, pero son locales, de Barcelona.
Antiguos Oblivion, el cambio es una progresión natural hacia un hardcore no tan crudo y con más variantes que el de su primer EP, publicado en 2012, por aquel entonces con otro vocalista. El caso es que les tocó abrir, pero pudieron cerrar. Buena presencia, sentimiento, y mucho contacto con un publico entregado que dio forma al robusto muro que presentan en sus canciones. Da gusto ver cuando media hora se aprovecha tan bien para mostrar tus cartas y dejar tan buen sabor de boca que al llegar a casa sigas con curiosidad. Por cierto, aquí os dejo su disco.
Desde Tenerife con un sonido más punk rock, tres años sin pasar por Madrid son muchos para This Drama, para una formación que siempre ha sido considerada como una de las promesas de la escena nacional. Lejos de esos clichés que no ayudan, y más para un grupo de las Islas Canarias con las dificultades que encuentran, lo de This Drama sobre un escenario es un show digno de ver alguna vez.
Te puede gustar más o menos que Asdrubal acople el sonido cada vez que se mete el micro literalmente a la boca, pero así es su forma, única y llamativa. Nadie destaca por ser un clon de otro, y lo que This Drama tienen es personalidad y tablas, muchísimas, a partes iguales. La lastima es que sean de las islas y la poca ayuda que reciben este tipo de bandas.
Después de verles más de cinco veces, ¿Porque volver a ver a Cancer Bats?
Después de innumerables giras por toda Europa y América, de haberles visto en España en multitud de salas. De tocar en Madrid delante de 20 personas en aquella mítica noche en Wurlitzer Ballroom cuando todavía no tenían grabado “Bears, Mayors, Scraps And Bones“, a hacerlo en una abarrotada Ritmo & Compás, ante más de 300 personas dejando mucha gente fuera. Y ya os aseguro que dentro de ambas, el delirio fue increíble.
Aquí más: Cancer Bats revientan Madrid.
Que Cancer Bats siempre han estado a la vanguardia de la escena hardcore se nota, que han seguido una filosofía Do It Yourself que les identifica mucho con sus seguidores también, y que su popularidad crece a medida que sacan un disco tras otro, no seré yo quien lo discuta, porque no hay por dónde criticarlo. No se puede. Noches como esta me recuerdan que tocar, tocar y volver a tocar en directo es la clave.
Sobre el escenario, preparada una hora y cuarto para liberar tensiones. Liam es uno de los frontman más carismáticos que he visto, se le ve disfrutar y transmite una energía increíble que apenas tarda dos canciones en contagiarse al resto de la sala. Scott por su parte es un guitarrista tan versátil que él sólo se basta para hacer retumbar una sala cuyos cimientos sostienen Jaye y Mike al bajo y batería.
Cancer Bats abarcaron en 16 canciones toda su discografía, casi una década. Sin descanso alguno, dueños de un escenario que muchas bandas más reconocidas no son capaces de manejar, convirtiendo su concierto en un infierno de patadas y circle pits, sobre todo cuando suenan canciones como “Bricks and Mortar“.
Sin soltar ningún ápice de cansancio sino todo lo contrario, más y más intensidad con su ya clásico “Sabotage“, enloquecedor hasta el frenesí. Una inspiración para las nuevas bandas de punk que surgen actualmente. Y todo ello sin fisuras, porque después de todo, “Hail Destroyer” ya es un himno, y la pronto seguro que clásica “True Zero” hace que todos nos quedemos roncos a coro.
Conciertos como estos son de los que la gente habla conforme pasen los años. No hay nadie capaz de decir que no disfrutó en un concierto de Cancer Bats, los veas una vez al día, al año, o cada dos, el espectáculo está asegurado.