Hay bandas que llaman a las puertas del gran público. Otras, sin embargo, tiran la puerta abajo sin llamar. Con “Blush“, Moose Blood han tirado abajo todo lo preestablecido acerca de como una banda crece y se establece en una posición privilegiada. En lo que son. Uno de los grandes e irrepetibles talentos de los últimos años.
Y aunque “Blush” se confirme como un disco de amplios espacios abiertos, Moose Blood logran mantener en él una sensación de intimidad mientras que van a más. Aunque su debut, “I’ll Keep You in Mind, From Time to Time“, sigue siendo un trabajo fantástico, tuvo puntos de incoherencia que les hizo ir a la deriva, y que en “Blush” quedan perfectamente corregidos, dejando todo al descubierto.
Moose Blood han dado multitud de conciertos para llegar a este punto, en el que cada una de las canciones se siente como si tuviese la potestad suficiente para ser un single. Y aunque pueda sonar al clásico cliché que se dice de cada nuevo disco, en “Blush” hay melodía, intensidad, y algunas de las mejores canciones de la banda hasta la fecha.
Dónde “Honey” es hasta ahora la canción que todos queremos escuchar, “Spring” es pura angustia a todas las preguntas perdidas y miradas confusas, previas al inesperado cierre de “Freckle“, como si Moose Blood quisieran en su última canción volver a abrir el disco, hacerlo cíclico y no perder su escucha a la primera.
Moose Blood han conseguido conquistar a los que ya cayeron por ellos en primer lugar, ampliando su alcance con un disco que se siente como una nueva etapa. “Pastel” resplandece su color, una tendencia cada vez mayor a escribir estribillos adictivos, de letras sinceras y entrañables.
No obstante, el enfoque del disco es delicado, “Glow” y “Cheek” son canciones divertidas para mantener el ritmo pero pueden pecar de perderse en la confusión tediosa y estereotipada del rock con tintes emo del que es complicado salir. Y a pesar de todo, ellos son los únicos dueños de su evolución. De una evolución que hasta ahora les sitúa como algo más que solamente unas promesas. “Blush” es el disco idóneo para sentirse cómodo y no tener miedo a crecer.