Análisis: Viva Belgrado – Ulises

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viva belgrado - ulisesEs difícil encontrar palabras cuando se trata de Viva Belgrado. “Flores, Carne” fue un disco que irrumpió con muchísima fuerza, y mientras “Ulises” se las arregla para continuar su lírica narrativa sobre las relaciones humanas y la conectividad, al mismo tiempo dirige a Viva Belgrado a la exploración musical más amplia, desviándose a una corriente más melódica.

Once canciones con las que siguen siendo un clarísimo ejemplo de madurez y personalidad. No hay banda como ellos en este país, están a un paso por encima. Pocas veces hemos encontrado un grupo cuyas narrativas fuesen un elemento más, sin miedo de derramar cada sentimiento sin negar toda la sutileza y precisión en el modo en que se cuentan las historias, y como la música y la voz se utilizan para conjugar altas y bajas emocionales.

En todo el aspecto emocional, musicalmente la mayoría de las canciones se inclinan hacía un lado pesado, más profundo que en trabajos anteriores. “Ulises” arranca de una forma muy familiar con “Calathea” y “Pleiades/Pasaportes“, un combo de transición entre “Flores, Carne” y este nuevo sonido más profundo y melódico.

Por la mañana, temprano” es el primer indicio de que algo diferente se producirá. Una balada que lleva la narrativa como elemento destacado entre el aislamiento y la liberación. Una producción más limpia como en su día hicieron bandas americanas como Thursday, y que en la actualidad han seguido otras como Pianos Become The Teeth, Touché Amoré y La Dispute. Y sin embargo, pese a esta subversión, Viva Belgrado no pierden su esencia.

Cándido sigue sonando igual, vertiginoso y emocionalmente conflictivo, y esta incertidumbre trae una vez más, una tensión que es bienvenida en canciones como “Annapurnas” y “Transatlántica“, que desde otra perspectiva compensan otras más densas como “Fresas Salvajes” y “Ravenala“, esta última de autentica tensión y profundidad al estilo de los japoneses Envy.

Ulises” es un disco menos pesado de lo esperado pero emocionalmente más profundo, un avance en toda regla en la que los riffs son más viscerales, y dónde los cambios de ritmo son mucho más ágiles. Es más un disco de la experiencia en lugar de un disco conceptual, pese a que haya sido concebido como tal y existan algunas duplas.

Punteos suaves, percusión e incluso elementos electrónicos, permitiendo que el ‘wordspeak’ emerja entre salidas espaciadas conducidas por las guitarras. “Apaga la llum” y “Por la mañana, temprano” son canciones que acentúa la forma minimalista del concepto.

Viva Belgrado han vuelto a crear algo único induciendo recuerdos al oyente, convirtiendo sus once canciones en algo más que música. Han elegido el momento perfecto para hacer un disco más clásico en algunos espectros pero tan amplio como para ser considerado desde ya, imprescindible.

1. Calathea, 2. Pleiades/Pasaportes, 3. Por la mañana, temprano, 4. Aeropuertos, 5. Erida, 6. Annapurnas, 7. Transatlántica, 8. Fresas Salvajes, 9. Apaga la llum, 10. Cassiopeia/Contraluces, 11. Ravenala

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