Biffy Clyro empezaron la gira de su nuevo disco en España, y eso sólo puede significar dos cosas, la posibilidad de escuchar canciones que no hayan tocado antes, como en el caso de “Flammable“, y que tienen la energía suficiente como para reventar todo lo que les salga al paso.
Más de 4.000 personas se dieron cita en el WiZink Center, renombrado Palacio de los Deportes de Madrid, para acompañar al trio escocés en otra de sus noches épicas. Porque fue apagar las luces y el trio liderado por Simon Neil junto a los hermanos Johnston desató una locura que dudaría alrededor de hora y media distribuida en 23 canciones.
Tras una introducción en la que estuvieron plantados como estatuas, “Wolves Of Winter“, canción que abre al mismo tiempo “Ellipsis“, es la primera bofetada calórica (por aquello de los sudores que vendrían después). No te da tiempo a pensar y las primeras notas de “Living Is A Problem Because Everything Dies” pone la directa. Velocidad, intensidad, energía, y personalidad transformada en estribillos épicos.
A partir de aquí, ya fue una sucesión de canciones entre “Only Revolutions” y “Ellipsis“, un aspecto muy comentado entre los fans de “Infinity Land” y “Puzzle“, de las que apenas sonaron dos canciones junto a la mencionada “Living Is A Problem“. Eso si, pese a centrar su hora y media de concierto en sus últimos trabajos, decisión más que respetable, Biffy no abandonan su intensidad hardcore en momentos puntuales a base de guitarrazo limpio, un guiño a sus primeros años.
No importa si suena la emocional “Biblical“, la directa “Bubbles“, o la expansiva “Black Chandelier“, que todas acaban bien alto, con momentos de puro frenesí, en especial esta última, con un minuto final de escándalo. Violencia y delicadeza juntas todo el tiempo para dejar momentos memorables como los de “Glitter and Trauma” y una “Mountains” que todo el publico disfruto y grabó móviles arriba.
Y aún con el corazón en un puño, los sudores recorriendo el cuerpo y los pies cansados de tanto bailar, quedaba tiempo para un par de envestidas más. “That Golden Rule” y “Many Of Horror” cierran el circulo de la violencia e intensidad antes de un bis con el que llegan a superar la veintena de canciones. Por delante, la emotiva “Machines” para calmar a los más desatados, y “Animal Style” y “Stingin’ Belle” para dar razones suficientes por las que son actualmente una de las mejores bandas de rock, adulcorados cada vez más, pero rock a fin de cuentas.
Todo ello precedido de Frank Carter, ídolo del hardcore británico y a quién nos tuvimos que perder. Cosas de los accesos de prensa, ya disfrutaremos de él.
