‘Hybrid Theory’, veinte años después

Linkin Park

Año 2000, mi decimosegundo cumpleaños, días en los que Carlos Santana y Rob Thomas ganaron el mejor Grammy por ‘Smooth‘, cuando Napster cambió para siempre la forma en la que consumíamos música, y el pop americano inundaba las listas de MTV.

El rock y el metal estaban teniendo unos años pletoricos, el ‘White Pony‘ de Deftones, los albumes de debút de Disturbed y Mudvayne, y el nu-metal todavía estaba en su apogeo con el ‘Infest‘ de Papa Roach y el ‘Chocolate Starfish and the Hotdog Flavored Water‘ de Limp Bizkit. Recuerdo ir a casa de mi primo a copiarme discos cuando las grabadoras se estaban empezado a llevar en las casas. ¿Qué más podía hacer un niño de apenas 12 años para descubrir música?

El nu-metal cerraba la brecha entre el rock y un rap que todavía estaba en pleno apogeo. Y un día, después de ir al colegio, mi hermano, cinco años mayor, asomó por la puerta de mi habitación para enseñarme un grupo de California que hacía algo diferente a lo que habíamos escuchado. Se trataba de Linkin Park y ‘One Step Closer‘, single principal de ‘Hybrid Theory‘. Un vídeo grabado en un tunel subterráneo con humo, fuego, ninjas. ¿Quién podría olvidar aquella canción? Y en apenas unos días, después de repetir hasta la saciedad aquella canción, de buscarla en emuladores e intentar llegar a ella para incluirla en esos reproductores MP3 que funcionaban con pilas, llegó a casa ‘Hybrid Theory‘, el álbum de debut de la banda, que eventualmente se convertiría en un diamante y suplantaría un legado duradero bajo el que construirían álbumes posteriores.

La banda integró sin esfuerzo elementos de rock, hip-hop y música electrónica. Su impacto resuena hasta el día de hoy porque los temas expresados en el álbum coincidieron con la adolescencia de la generación millennial. Los de la pérdida, el desencanto y sentirte perdido. Ser adolescente es una época muy confusa. Hay cambios dentro de ti a los que no sabes cómo responder. Cada emoción se amplifica hasta el extremo, tratando de dar sentido a quién eres. Ahí es dónde la música entraba para dar un respiro.

Hybrid Theory‘ como álbum proporcionó un espacio de 54 minutos para vivir y expresar esas emociones. Cuando Mike Shinoda y Chester Bennington van y vienen en el puente contundente de ‘By Myself‘, es como si dos respuestas emocionales diferentes se hicieran eco entre sí. El productor David Gilmore ayudó a unir a la banda en un debut seguro que destacó sus fortalezas para ayudar a diferenciarse de muchos de los del tipo nu-metal. ‘Papercut‘, la canción de apertura de ‘Hybrid Theory‘ es una buena muestra de los sonidos que vendrán a lo largo del álbum. Power chords del guitarrista Brad Delson y los ritmos de Rob Bourdon añaden un toque extra a canciones como ‘A Place For My Head‘ y ‘Forgotten‘. ‘Points of Authority‘ incorpora un estilo hip-hop dentro de un punzante ritmo de guitarra.

La asociación entre Mike y Chester es una de las piezas centrales del álbum. Ambos entrelazan sus increibles voces cantadas y cadencias de rap como energías que se alimentan entre sí. Una canción como ‘In The End‘, que comienza con acordes de piano sobrios, un patrón eléctrico y una colisión grandilocuente de sonidos que se encuentran en el medio, reconoce cuando una situación o persona te ha decepcionado. ‘Crawling‘, uno de los tonos más oscuros del álbum, hace que Chester se aferre a cada nota mientras expresa sus visiones metafóricas.

Antes de que el álbum salga a la emotiva ‘Pushing Me Away‘, ‘Cure For The Itch‘, el interludio de Joe Hahn te lleva a una experiencia serena y cortante. Un interludio que se duplicaría con ‘Sesión‘ en ‘Meteora‘ tres años más tarde, en 2003. ‘Hybrid Theory‘ en sí sería el tema de un álbum de remixes muy creativo dos años después en ‘Reanimation‘.

Si bien captura el sonido que muchas bandas en ese día intentaban concebir, ‘Hybrid Theory‘ se erige como un trabajo transformador a lo largo del tiempo. Sus sonidos en capas todavía suenan frescos hoy en día, y la transparencia del álbum con canciones como ‘Runaway’ y la canción extra, ‘My December‘, sigue siendo tan fuerte en la actualidad. Cuando una banda graba un álbum, está capturando una amalgama de momentos, ya sean experiencias personales o compartidas. Es apropiado que el título del álbum solía ser uno de los primeros nombres de la banda. A medida que nos aventuramos en una forma de música sin géneros, Linkin Park comenzó su viaje probando los límites hace 20 años, y el resto es historia.

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