Un año y medio después del lanzamiento de u debut, “Backbone“, ROAM irradian en “Great Heights and Nosedives” una increíble confianza en si mismos, dando como resultado uno de los discos más seguros del año.
Empecemos por la producción. Exuberante, brillante, la conducción idónea de un disco en el que ROAM reflejan el pasado de la mejor manera posible y capturan toda su experiencia en 11 potentes canciones, rápidas, pegadizas, hechas para el directo. Y por el camino nos dejan con el mensaje positivo, “la vida va de altibajos, pero es la forma en la que lidiamos con ellos lo que nos define“.
“Alive” abre “Great Heights and Nosedives” revelando su espíritu. Guitarras intrépidas, ritmos constantes y un mensaje entregado desde el principio. No esperes nada diferente, no es momento para eso, sino que es momento para disfrutar y ROAM esto lo defienden a la perfección.
“Life For Dead” es otra canción clásica de pop punk rápida, de constantes coros, en la que crean una muesca en uno de los coros para darle un paisaje sonoro más vibrante. A lo largo de sus 33 minutos, “Great Heights and Nosedives” juega con el equilibrio de lo rudo y lo melódico con una gran dosis de sensibilidad pop que se incorpora tan bien en canciones como “Guilty Melody” y “Curtain Call“.
En especial esta última. Con la guitarra acústica como elemento principal, la canción transita por una maravilla de sonidos mientras Alex Costello le mete la carga emocional necesaria para convertirse en un tema desgarrador. Con seguridad, uno de los momentos destacados de todo el álbum.
Lo mismo ocurre con “Playing Fiction“, primer single. Tangible en la composición y líricamente relatable, la melodía inyecta una chispa que no baja fácilmente, demostrando que ROAM ya están en la parte superior del género. Y es que a pesar de repetir algunas secuencias a nivel instrumental, sus once canciones son lo suficientemente atractivas como para significar un paso más.
Y así, con los miedos y dudas de la juventud, ROAM logran agregar otro tono más a su hasta ahora brillante carrera, dándonos un disco de pura explosión.
