Después de diez años ya nadie duda del talento de Toundra. El gran hito en la carrera de los madrileños es celebrado con lo que es su trabajo más fuerte hasta la fecha. Su quinto álbum los encuentra no solo concediendo finalmente un título de álbum después de la serie I, II, III y IV, sino también en un estado de forma colosal.
“Vortex” ve como Toundra regresa para mostrar su impresionante destreza instrumental. Los desafíos de componer y grabar un álbum sin voces es algo que requiere de un gran esfuerzo cinematográfico. Prueba de ello, los títulos de las canciones ofrecen una expectativa real de lo que vamos a encontrar. Desde el balanceo inicial de “Cobra” hasta la profunda y melódica “Cruce Oeste“, “Vortex” es un trabajo de ritmos estridentes y penetrantes guitarras que se combinan en una pieza central de once minutos que al mismo tiempo abre la puerta al sonido más nuevo de la banda hasta la fecha.
Pese a que nadie dude de su talento, Toundra es una de las bandas de rock instrumental más subestimadas que hay. No siempre reciben la alabanza ni la atención que merecen y sin embargo siempre son capaces de superar el límite, demostrando que no sólo son capaces de publicar discos de rock consistentes sino que se guardan una sorpresa que hace que toda espera merezca la pena.
Esas sorpresas son, por un lado “Mojave“, una pieza de once minutos, plácida, relajada y hasta electronica durante tres minutos. Lo que le sigue son muchos altibajos, giros y vueltas. La contundencia es guiada por su batería para dar un recorrido a todo lo que Toundra han presentado hasta la fecha. Por otro lado, el imponente riff principal y las guitarras post metal de “Tuareg“, que en momentos recuerda a “II” por su agresividad como a “III” por su oscuridad.
“Vortex” no es un trabajo que esconda sus puntos fuertes sino que en poco tiempo nos muestra lo que podemos esperar en los próximos 40 minutos. Y además, considerando toda la sobrecarga de rock instrumental que tenemos, Toundra tienen a día de hoy un sonido distintivo y personal, algo muy complicado de hacer en este género con tantas bandas haciendo cosas similares.
En ese sentido tenemos interludios como “Cartavio“, calmando las cosas antes de que “Kingston Falls” golpee de nuevo y muestre a unos Toundra que saben jugar con sus puntos fuertes sin dejar de sonar innovadores y desafiantes. Es una de las canciones de Toundra en la que más énfasis han puesto en sus guitarras y melodías, así como en la estructura.
No hay momento pesado o transición incómoda en “Vortex“, Toundra han cuidado cada detalle. Hay mucho que asimilar después de varias escuchas y seguro que muchos detalles se escapan aún tras más de cinco escuchas pero esto es Toundra, sorpresa constante.