Oscuro, irregular, potente, profundo. Son algunas de las palabras en las que pienso mientras escucho lo nuevo de Glassjaw. “Material Control” es un trabajo que te atrapa la garganta, te estrangula desde el principio, y luego mantiene tu cabeza fuera mientras va a toda velocidad.
Sólo levanta el pie del acelerador en “Strange Hours“, una canción que parece sacada de “Coloring Book“. Cuatro minutos que ralentizan el proceso antes de imponer una atmósfera aún más oscura que todo lo que habían hecho. Al igual que el riff de apertura de la inconfundible “Tip Your Bartender“, “New White Extremity” tampoco deja atrás la caótica felicidad post-hardcore del clásico “Worship And Tribute“.
“Material Control” no es sólo una recompensa a la repetición de escuchas que probablemente todos hayamos hecho de sus dos discos sino que nos dice en voz alta que Glassjaw está de vuelta y que lo han hecho con más ira, delicadeza y fuego interior del que solían tener. Daryl y Justin han declarado muchas veces que echan de menos el sonido crudo de los ’90, de aquellas bandas de post hardcore neoyorkino y “Shira” es el mejor ejemplo de ello al tiempo que nos recuerda a los Deftones de la época “Diamond Eyes“.
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Sólo bastan dos cortes para que Glassjaw confirmen que siguen siendo maestros en componer canciones sensacionales con movimiento, coros eficaces que se pegan a tu alma después de la primera escucha. Un álbum único, el análogo más cercano es el sonido de garage despojado de “Our Color Green“.
Aquí una sucia guitarra y un potente bajo son quienes dominan la mezcla, siendo Daryl quién pese a las peculiaridades que su voz presenta, por lo icónica que es, cae a un segundo plano. “Golgotha” y “pompeii” son el perfecto ejemplo de ello, dos cortes que se aventuran en el rock ruidoso y pesado. Y no es hasta “closer” dónde Daryl muestra su verdadero gancho y todo gira en torno a él. Aunque ese no sea el verdadero interés del álbum, sino que Glassjaw han vuelto, y que les hemos echado mucho de menos.